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¿Conocemos los patógenos que amenazan la salud de nuestras abejas?

Abeja

20.5.2020. La destrucción de hábitats es una de las amenazas que sufren desde hace décadas muchos insectos polinizadores, pero también lo son muchos patógenos y parásitos, de los cuales tenemos poca información. Hoy, en el Día Mundial de las Abejas, hablamos de la veterinaria especializada en apicultura por parte de miembros de la red RISA.

Existen muchos estudios para saber de qué forma las alteraciones en las redes tróficas de plantas y de insectos afectan a la estabilidad de los ecosistemas. No obstante, la proliferación de agentes infecciosos y parasitarios que infectan tanto a las abejas silvestres como las melíferas también son una de las principales amenazas. No obstante, se desconoce cómo está organizada la red de patógenos y las consecuencias que puede tener en la salud de las abejas. A menudo, las enfermedades son el punto de inflexión que colapsa las poblaciones de abejas que ya están expuestas a los cambios ambientales inducidos por los humanos. Además, se sabe que algunos patógenos de las abejas melíferas se pueden transmitir a las abejas silvestres, pero aún se desconoce el mecanismo de transmisión, la epidemiología y la patogenicidad en los nuevos hospedadores.

La primera red de interacción entre abejas y patógenos

Un equipo de investigación de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, miembro de la red RISA, está investigando cuáles son los mecanismos de los patrones de transmisión de los patógenos en las comunidades de polinizadores y su interacción con los cambios ambientales. Esta investigación se lleva a cabo en el proyecto BeePath, liderado por los investigadores Ignasi Bartomeus y Cristina Botías y financiado por Eva Crane Funds. Gracias a los avances recientes en la secuenciación metagenómica, los investigadores han analizado la presencia y la patogenicidad de más de 100 virus, microbios y metazoos que conviven con las abejas. En concreto, han estudiado la composición de las comunidades de abejas de 16 áreas diferentes siguiendo un gradiente de alteración en el paisaje. En estas áreas, se han estudiado los patógenos de 11 especies de polinizadores que son comunes en el Parque Nacional de Doñana.

Grupo de Ignasi Bartomeus (EBD-CSIC) durante el muestreo.

Algunos de los patógenos detectados podrían estar contribuyendo al declive que sufren ciertas especies de polinizadores. Uno de los resultados más sorprendentes fue que en la red de abejas dominaban dos tipos de interacciones, ambas relacionadas con la abeja melífera. En primer lugar, los patógenos detectados con más frecuencia en las abejas melíferas fueron los virus del género Iflavirus, como virus de las alas deformadas (deformed wing virus, DWV) o el Kakugo virus, seguido de los hongos del género Nosema, como el microsporidio Nosema ceranae. Ambos patógenos estaban presentes en las otras diez especies de abejas seleccionadas, pero en cantidades más bajas. También se encontró la bacteria del género Wolbachia, que estaba presente en grandes cantidades en la mitad de las abejas seleccionadas.

Esporas de Nosema sp.
En esta red altamente conectada cada abeja está conectada al microorganismo identificado como antagonista o mutualista. Fuente: EBD-CSIC

La red de interacciones de la comunidad de polinizadores-patógenos, la ecología de la enfermedad, es muy compleja. Un aspecto que destaca de esta red es que hay una gran cantidad de patógenos compartidos por muchas especies y esto podría indicar que la propagación de un patógeno puede ser rápida en todas las especies. De hecho, cada especie de abeja interactúa con una media de 11,6 patógenos. Sin embargo, es importante destacar que para muchos de los patógenos detectados se desconoce si realmente provocan infección en todos estos hospedadores, o si únicamente son vectores.

Otro hallazgo interesante ha sido la identificación de interacciones que supuestamente son mutualistas, representadas con los enlaces de color verde. La mayoría de estas interacciones son con bacterias endosimbióticas, muchas de las cuales están relacionadas con funciones beneficiosas para la salud de las abejas.

Cuando un ecosistema está en buen estado “diluye” a los patógenos

A partir de estos resultados, los investigadores de la Estación Biológica de Doñana del CSIC plantean comprobar si la diversidad y la estructura ecológica de las comunidades de polinizadores influyen en la tasa de transmisión y la prevalencia de patógenos con múltiples hospedadores. En concreto, en este estudio se está evaluando si las comunidades más diversas exhiben patrones de interacción entre especies más complejos, y si esto tiene una influencia en la tasa de transmisión de patógenos. Varios estudios han identificado efectos de la diversidad en la prevalencia de enfermedades, pero todavía no se conoce cómo el contexto de la comunidad influye en la transmisión de enfermedades y si la biodiversidad puede suprimir la infección y las enfermedades emergentes.

En las comunidades con más diversidad de especies de abejas se podría dar un “efecto de dilución” al disminuir la tasa de transmisión de patógenos, ya que el número de vectores que podrían transmitir una enfermedad sería menor que en un hábitat pobre en especies. Este efecto es propio de los ecosistemas bien conservados con capacidad de “diluir” a los patógenos, como una defensa ante las enfermedades infecciosas emergentes. Sin embargo, cuando el ecosistema se perturba, algunas pocas especies se pueden volver extremadamente abundantes. En consecuencia, sus patógenos también se vuelven extremadamente abundantes y esto facilita la aparición de brotes de enfermedades. Por otro lado, queda por averiguar si algunas especies funcionan como vectores de patógenos sin padecer la enfermedad. Esto implicaría integrar las redes de interacción entre plantas, abejas y patógenos para tener más información sobre los ecosistemas de los polinizadores y sobre los principales mecanismos y rutas de transmisión.

Gráfico sobre el efecto dilución de las enfermedades en ecosistemas sanos. Fuente: https://parasiteecology.wordpress.com/tag/dilution-effect/ 

Otro de los objetivos de este estudio es conocer la capacidad patógena de organismos con múltiples hospedadores dentro de las comunidades de polinizadores. De este modo, se pretende analizar si los patógenos están replicándose en sus hospedadores, y por tanto causando infección, o si funcionan únicamente como vectores de transmisión. El entorno en el que habitan las comunidades de polinizadores también podría influir en este aspecto, ya que los paisajes más alterados podrían ofrecer una dieta más pobre a las abejas, y como consecuencia éstas serían más susceptibles a las infecciones por patógenos.

¿Quién se ocupa del bienestar de las abejas que nos dan la miel?

En el campo de la sanidad animal los veterinarios especialistas en apicultura también investigan sobre cómo afectan las diferentes enfermedades infecciosas y parasitarias al bienestar de las abejas melíferas. El Departamento de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)  cuenta con profesores e  investigadores que estudian estos temas. El grupo de investigación del profesor José Manuel Sánchez-Vizcaíno, también adscrito a Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET), realiza el diagnóstico de los principales virus que afectan a las abejas, siendo pioneros en el desarrollo y puesta a punto de nuevas técnicas para su estudio. Por otro lado, el grupo de investigación Epidemiología y Control de Enfermedades Transmisibles en Veterinaria (EPICONTROL) dirigido por las profesoras Aránzazu Meana y Guadalupe Miró tiene una línea de investigación sobre Patología Apícola creada, en 1990 por la colaboración de miembros del Departamento de Sanidad Animal y del Centro Apícola de Marchamalo, actualmente Centro de Investigación Apícola y Agroambiental (CIAPA). Desde sus inicios los trabajos de investigación se centraron en la mejora de los métodos de diagnóstico y en el diseño de métodos de control integral de las principales enfermedades que afectan a la abeja melífera como la varroosis, la ascosferosis o la loque.

En los últimos años, la aparición de la nosemosis tipo C, como enfermedad emergente procedente del sudeste asiático, ha ocasionado que el equipo se haya centrado en aspectos epidemiológicos y de control relacionados con Nosema ceranae, un agente etiológico de esta nueva enfermedad descrito por primera vez en Europa en el año 2005, por Mariano Higes, Raquel Martin Hernández y Aránzazu Meana. Actualmente el grupo continúa realizando una labor importante centrada en la búsqueda de tratamientos naturales para el control de la varroosis y la nosemosis que ayuden a potenciar el bienestar de las abejas y a reducir el impacto que el mal uso de los acaricidas de síntesis química puede tener al acumularse en productos derivados de la colmena.

Foto cedida por Aránzazu Meana de alumnos en las prácticas del Curso de Especialista en Sanidad y Producción Apícola.

España es el mayor productor de miel de la Unión Europea y el país con más colmenas manejadas

Para abordar los retos que suponen la sanidad y el bienestar en abejas melíferas es necesario la formación de especialistas en esta especie animal. En ese sentido, desde el Dpto. de Sanidad Animal de la UCM, con el apoyo del Dpto. de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria UCM, se imparte un Curso de Especialista en Sanidad y Producción Apícola diseñado particularmente para veterinarios, que hasta la fecha ha estado dirigido por Aránzazu Meana, Miguel Llorens y Jesús de la Fuente. A raíz de esta formación se creó la Asociación de Veterinarios Especialistas en Sanidad y Producción Apícola para aunar a todos los profesionales especializados en esta ganadería y que cubren las necesidades técnicas de un sector importante para nuestro país, tanto por la economía derivada de los productos de la colmena como por la alta capacidad polinizadora de las abejas melíferas.

Fuente: Mappingsan

Por otro lado, en 2018 se creó el Grupo Operativo “Elaboración de un mapa de idoneidad para los emplazamientos apícolas” (MAPPINGSAN), con el objetivo de elaborar un sistema eco geográfico con marcadores sanitario-ambientales para evaluar la influencia del paisaje en las abejas de distintos municipios de Madrid y Andalucía, comunidades con gran relevancia en el sector. Se utilizó un enfoque que permite mapear la idoneidad del hábitat regional de las abejas en base a sus necesidades nutricionales, teniendo en cuenta su bondad estacional para el aprovechamiento total o parcial de sus recursos florales. También se realizaron distintas jornadas para profundizar en las principales problemáticas y enfermedades que afectan a salud de las abejas, factores de riesgo debilitamiento de las colmenas, y en la importancia de la vigilancia de las enfermedades de estos animales en cuanto a factores sanitarios, medioambientales y otros factores de riesgo.

El grupo está compuesto por la Fundación Vet+i, VISAVET así como el grupo de investigación del profesor Sánchez-Vizcaíno, la Asociación de Apicultores de la Comunidad Autónoma de Madrid (APISCAM), con contó con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG-IR). Más información en www.mappingsan.es.

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